A lo largo de su escaso año en el cargo, vivió en exactamente el mismo Ateneo, en un apartamento situado en el edificio de Santa Catalina. Destacado tertuliano en la sala de La Cacharrería, creó en la institución su tertulia, que resaltó entre sus contemporáneos como una de las mucho más importantes de aquel La capital española literario de comienzos del siglo XX. La artista llegó al mundo en 1983 y siempre y en todo momento se caracterizó por ser juguetona y responsable. Está casado con la publicista Paloma Montón y tienen 2 pequeños, Olivia y León , que llaman cariñosamente a sus abuelos “yayo” y “abuela”. “Una mañana estábamos sentados en la recepción del hotel en La Coruña y vi de espaldas, vestida con pantalón y chaquetas blancos ajustados, a una chica que me llamó la atención. En el momento en que se volvió todavía era mejor”, relata el artista en su libro de memorias Antes que sea tarde.
Cuando Marina era pequeña ahora adoraba disfrazarse, una afición que perpetúa merced a su profesión. Asimismo correteaba entre bambalinas mientras que sus padres daban recitales. “A la interpretación llegué por casualidad. En el momento en que terminé el instituto no sabía qué realizar y mi madre me animó a apuntarme a una escuela y probar. Me fue agradando y me quedé tres años”. Y de este modo, igual que su madre, estudió en el Laboratorio William Layton, escuela de actores de la ciudad más importante. “Aprendí a investigar a los individuos. Con formación y experiencia, todo va saliendo de a poco, como un ademán o algo que logre ser característico”, revela sobre su especialidad. Mientras que Marina San José sigue su trayectoria como actriz eminentemente en el teatro con las proyectos Tres hermanas, El Test, Escape Room yLotto, entre otras representaciones.
David Y Marina, De Esta Manera Viven Los Sutiles Hijos De Víctor Manuel Y Ana Belén
El gran semejante físico con su madre la delata y varios ven en ella a Ana Belén cuando era joven. Su hermano, con el que sostiene una relación muy angosta, la llama cariñosamente ‘Pichurra’. En vacaciones la puedes hallar en Menorca o en Formentera con sus amigas.
Consiguió un contrato discográfico, empezando una triunfadora carrera musical que dura hasta nuestros días. Su amor fue intenso y traspasó la pantalla en Morbo, encandilando al público y a múltiples generaciones. Poco tardaron en ficharles para reiterar el éxito de la que ya era la pareja de moda con una fórmula casi idéntica en el film Al demonio, con amor. En el momento en que acabaron el rodaje reflexionaron en casarse, pero la iniciativa -y las situaciones- no les convencían mucho. A Marina la conocemos más por sus papeles en televisión, pero al hijo mayor de los cantantes muy pocos le ponen cara. Confiesa que, como espectadora, le ha costado iniciarse en el planeta de la series, “pero en este momento con Netflix es un horror, porque es un enganche total. Tengo que frenarlo para no volverme ida y no acostarme tarde”, se franca.
David, Productor Musical
“Siempre me han dado gusto los animales. Pero era una vocación muy idílica, hasta el momento en que fui siendo consciente de que consistía en ver padecer a los animales, por el hecho de que yo lo paso muy mal, aunque sea para curarlos y luego les salves la vida”. Vive en La capital de españa con sus pájaras y ranas en la terraza, además de 2 perras, Limona, un podenco andaluz, y Mora, una caniche negra que era de su abuela materna. “Mi casa está cerca del parque de Berlín y allí no les puedo soltar, así que voy dando un paseo a pinares o al campo para que corran, más que nada Limona, que lo precisa”. A sus 35 años, Marina San José se ha labrado una carrera en las tablas ajeno del cuché y del nombre de sus padres, Ana Belén y Víctor Manuel. “No son de dar consejos sino de que nos equivoquemos y aprendamos”, afirma en el momento en que se le pregunta por ellos. Muchas veces hemos hablado del síndrome de “los hijos de”, algo que ha empezado a surgir desde hace unos años con los descendientes de enormes figuras.
Marina, la pequeña de los dos, ha heredado el amor por la interpretación. Su carrera empezó gracias a que sus progenitores no le dejaron tomarse un año sabático cuando decidió dejar de estudiar y si bien, no le fué mal, todavía tiene bastante sendero por enfrente. “Aún no he tenido la opción de seleccionar los trabajos, pero no lo vivo como una frustración, por el hecho de que no sé de qué forma se desarrolla la carrera de otra manera” asegura. Sus primeros álbumes, que combinaban la canción de autor y las reivindicaciones políticas de su tiempo, no gozaron del favor del público pero en 1979, todo cambió con la publicación del álbum \’Ana\’, cuyo primer sencillo Agapimú fue entre las canciones mucho más populares de aquel año. Precisamente esta se convirtió en entre las canciones mucho más sonadas a lo largo del confinamiento por Covid-19 gracias a su versión con el conjunto Ojete Calor. Prosiguieron ahora otros éxitos a lo largo de los 80 como El hombre del piano, Solo le pido a dios o su idilio con la música brasileira, que comenzó con aquel Balance que abría su LP Ana en Río.
Hoy Marina vive en un ático en el centro de La capital española con sus dos perros , múltiples peces, dos pájaros sueltos por la casa, ranas de recorrido por la terraza… Además de esto, se quedó el perro de su abuela (la madre de Ana Belén) cuando esta murió. Paso a paso, título a título, se ha labrado una carrera sin necesidad de recurrir a la fama de sus progenitores o a la prensa rosa. “No aspiro a Hollywood, estoy bien en lo que hago. Si llega una situación nueva la cogeré, pero no me quita el sueño”. Un año antes, en el mes de agosto de 2011, se estrenó en el género de la comedia con Venecia bajo la nieve, adaptación al español de un éxito de la cartelera parisina donde compartió importancia con Pablo Carbonell, Eva Isanta y Carlos Heredia. Descubrió un registro en el que próximamente encajó y en el que se siente cómoda. “Es muy díficil, pero muy entretenida, obtienes una respuesta inmediata del público”, mantiene.
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El hecho de ser la hija de 2 figuras tan populares le llevó a compartir escenario con ellos en alguna ocasión. En el verano de 2005, cuando aún no había cumplido 22 años y bajo el pseudónimo de Xana para que absolutamente nadie la reconociera, fue corista en la gira de Ana Belén y Víctor Manuel, Una canción me trajo aquí. “Bueno, tengo oído. No me agrada mi voz, pero como a prácticamente absolutamente nadie”, afirma mientras que la risa vuelve a explotar de su garganta. De pequeña acompañó a sus padres en numerosas giras y aunque siente gran pasión son los animales, se interesó por la interpretación, formándose como actriz de teatro en el Laboratorio William Layton. Tiene 37 años y en la pasada edición de MasterChef Celebrity probó suerte entre fogones. Dicen que es imposible escapar a los paparachi, que mantener la vida familia ajeno de la profesional siendo una estrella de la música no es algo posible.
Hoy en día es compositor, productor y arreglista y está al cargo del estudio de grabación Extraño Tempo dónde su madre ha grabado múltiples temas. Ha trabajado asimismo en varias proyectos de sus progenitores e inclusive participó como teclista en entre las giras más esperadas,El gusto es nuestro, dónde se reencontraban Miguel Ríos, Serrat y sus padres Víctor Manuel y Ana Belén. Entre su obra artística, ha compuesto las bandas sonoras de algunas películas comoDe muchacha en chicaen la que aparece su hermana oVete de mí. Además de esto, al lado de su madre,hicieron su propia versión de la simbólica canción deCuéntame, que merece ser escuchada por lo menos una vez. Le hacemos un pequeño homenaje a Víctor Manuel a través delImprescindiblesde La 2en el que repasamos su trayectoria como artista, sus enormes éxitos ysu vida, a largo de 50 años, junto a Ana Belén. Forrman una de las parejas más equilibrados del panorama nacional desde el momento en que se casaron en 1972.
Sus padres preservaron su niñez y la de su hermano David de la prensa rosa. Las comunidades han recogido las expresiones de la actriz y se han sucedido las críticas. Que sus progenitores tuviesen que reivindicar para poder comer ha llamado la atención de los clientes de Twitter y más en el momento en que nuestra San José ha dicho en su paso por MasterChef que su plato de infancia era la pasta con nata y caviar.
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Fue una ceremonia rápida, llevada a cabo por un juez frente a la atenta mirada de la reina Isabel II, retratada en la salón. Pasaron su noche de bodas en Tánger, visitaron Italia por su viaje de novios y a su vuelta se instalaron en un chalet de Torrelodones para entonces mudarse al que todavía es su hogar hoy, una vivienda en la zona norte de Madrid. Fue un símbolo de la civilización antifranquista, se levantó musa de la transición y hablamos de entre las voces mucho más reconocibles nuevamente país. Sus canciones son himnos incombustibles y forman parte al imaginario de la música de españa. La puerta de Alcalá, Agapimú o El Hombre del Piano son solo varios de los más populares.
Sus progenitores siempre remarcan que sus hijos les han visto ser felices sobre el ámbito y esa alegría siempre es contagiosa. De pequeña su segunda casa era el backstage, “correteaba entre cajas, abría y cerraba puertas y cotilleaba por todos y cada uno de los rincones”, cuenta entre risas. En este momento cuando se baja del ámbito, la actriz tiene a una perra, dos pájaros, ranas y peces esperando en casa. Si bien decidió no estudiar veterinaria, su pasión por los animales le ha llevado a transformar su casa en un auténtico zoo. “Mi primer trabajo fue de paseadora de perros”, recuerda donde, sin duda, es su entrevista más sincera.